Mujeres al borde de un ataque de nervios


"Mintiendo que bien te queda el papel,
después de todo parece
que esa es tu forma de ser.
Yo confiaba ciegamente en la fiebre de tus besos,
mentiste serenamente y el telón cayó por eso"
(Puro Teatro. La Lupe)







   Dos canciones, una ranchera y un bolero son el alfa y el omega de la película.  Lola Beltrán abre con Soy Infeliz y La Lupe cierra con Puro Teatro, las dos cantoras de los más tristes despechos otorgan la atmósfera propicia para contar el desamor, el engaño y la soledad que llevan a un grupo de mujeres al borde de un ataque de nervios.
       La trama es sencilla, aderezada de símbolos, de rojo y amarillo. Los encuadres y primeros planos a ojos a punto de llorar y a los gestos repletos de ironía nos transportan a la esfera interior humana, donde una ruptura amorosa desencadena toda suerte de desamparos y tristezas.
       El desamor de Pepa es solo un antónimo relativo de sus reales sentimientos hacía Ivan, un hombre proclive a decir mentiras y ella a creer, que bien pudo mentir sobre su pasado y mimetizarse tras su trabajo de actor de doblaje de películas; fiel a la sentencia que enunció Carmen Maura, en la piel de Pepa "Es más fácil conocer una moto profundamente pero a un hombre jamás".
     Pepa, Candela y Lucía  son personajes inestables, reales y enigmáticos, que se pierden entre nuestros pensamientos y recuerdos, nos llevan con ellas a un espacio que nos negamos a ver y reconocer en nosotros. Ese espacio al que me refiero es el mundo interior, específicamente a la parte que alberga en un rincón apartado las imágenes y los momentos no felices, los relacionados con la muerte, amores no cristalizados y metas frustradas.  Lugar donde se sienten con más valor: la soledad, el silencio, el sentido de la naturaleza y por encima de todo la muerte.
    Almodóvar logra con Mujeres al borde de un ataque de nervios recrear la arena de muchos conflictos del ser humano, que sazonados con unas cuantas capsulitas de neurosis y muchos giros interesantes de la trama  muestran: la vulnerabilidad, la inestabilidad, y la aspiración del humano a la libertad y al amor como elementos que lo construyen y definen. Libertad y amor como la esencia de la humanidad. Su logro es más importante que todos las demás conquistas; perderlos significa derrota definitiva.
   Si deseas saber ¿de que va? y si es verdad todo esto que digo acerca de Mujeres al borde de un ataque de nervios, te invito a ver esta pieza del gran cineasta Español Pedro Almodóvar, realizada en 1988 protagonizada por Carmen Maura, Fernando Guillén y un jovencísimo Antonio Banderas.

Comentarios

DINOBAT ha dicho que…
Entretenido el blog, estuve un rato paseando, saludos,

JD

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